Cada año por estas fechas, la Casa de Cataluña de Sevilla organiza una calçotada en el cortijo que hay en el Parque del Alamillo, un inmenso parque que se pone de bote en bote en primavera.
Desde hace mucho tiempo, tenía muchas ganas de probarlos. Cada vez que veía en la tele algún reportaje de las fiestas en Cataluña me daba mucha envidia y curiosidad por saber como era. Hasta busqué en internet la manera de comprarlos y esiste!! se pueden adquirir online, tanto frescos como cocinados y envasados al vacío, pero claro la manera de asarlos en las brasas hasta que la capa exterior se quema no tiene comparación.
El punto que le da las brasas y la jugosidad que tiene la cebolla por dentro una vez que le quitas la piel es un pasada. Tradicionalmente se presentan en tejas.
Para los que no sepáis que es un calçot, viene del hecho de que en su cultivo se amontona tierra sobre los brotes que crecen de la cebolla inicial ("calçar la terra sobre la planta"). Esto se hace para conseguir un tallo blanco de unos 20 a 25 cm.
El proceso, en imágenes, de hacer los calçots es el siguiente:
Los calçots se acompañan con salsa romesco (tomate, ajo, pan frito, almendras y algunas veces avellanas, tostadas y ñoras), en la cual se moja, después claro de quitarles la piel exterior.
La calçotada se acompaña con fuet, morcilla de piñones, butifarra y pan con tomate.
Para que veáis como se comen los calçots ahí va un vídeo....
Si después de la calçotada te quedas con ganas de más...¿te frío un huevo?
